Punto de partida

¡Buenas!

Bienvenidos a mi rincón.

Esta entrada es el punto de partida de mi portafolio académico en materia de Español como Lengua Extranjera (ELE). Voy a escribir acerca de mí, del camino recorrido y del camino por recorrer. Y por supuesto, explicaré cómo he acabado metido en esto de querer ser profesor de ELE.

¡Empecemos!

Carácter de "partir": hatsu.

¿Quién es el autor de este portafolio?

Mi nombre es Angel, hay quienes prefieren Ángel en castellano o Àngel en catalán, lo dejo a elección del usuario. Tengo 25 años, soy de Terrassa (Barcelona) y me saqué el grado de Estudios de Asia Oriental con mención en lengua japonesa por la Universitat Autònoma de Barcelona en 2014. Soy lo que vulgarmente se conoce como un friki, un otaku o, como a mí me gusta llamarlo, un apasionado de la cultura pop japonesa. Me gusta el anime y el manga, los videojuegos y la música japonesa.
Caricatura de mí hecha por una gran amiga, Sarah.


Colección de J-Pop.

¿De dónde vengo?

Estuve de intercambio en Sophia University durante un año, en pleno corazón de Tokyo. Fue un periodo muy intenso: dejaba el nido y emprendía el vuelo a un país totalmente ajeno a mi cultura y a mi lengua. Aunque no voy a mentir, Japón me encantó: el frenesí de gente que va y viene, la omnipresente organización, la impersonalidad de la gran ciudad y el paraíso cultural que para mí suponía. Tras regresar a Barcelona estuve trabajando como agente de viajes hasta finales de 2016, cuando insatisfecho con mi profesión decidí regresar a los estudios. Y aquí estoy, en al máster de Formación de Profesores de ELE (FPELE) en la Universitat de Barcelona.


Sophia University, imagen cedida por The University of Queensland.

¿Por qué profesor?

Fue en Japón donde tuve mi primera experiencia con el mundo del ELE, participando en clases de castellano en la universidad. Lo que me enamora del rol del profesor es que existe un aprendizaje doble, es decir, bidireccional: los alumnos asimilan la materia gracias a la labor del profesor, y éste último adquiere constantemente nuevos conocimientos y perspectivas de sus alumnos. En el caso concreto del aprendizaje de lenguas extranjeras el intercambio más significativo es cultural, pero en cualquier caso lo más bonito es que es totalmente espontaneo y natural. Yo concibo la profesión de docente como un proceso continuo de dar y tomar, sobre todo destacando el intercambio de valores entre profesor y estudiante, que hace que ambas partes crezcan como personas.


Camino hacia la Facultat de Educació de UB. Es el camino que hago cada día para llegar a ser profesor.

☆Aprender a enseñar: mi primer reto

Mi principal meta en estos dos años es aprender a enseñar. A diferencia de la gran mayoría de compañeros, yo no dispongo de experiencia previa como docente de lenguas extranjeras. Sí, participé en clases de castellano en Tokyo y fue muy enriquecedor, pero también muy complicado: era incapaz de responder a ciertas dudas de los estudiantes, porque tengo la competencia lingüística nativa del castellano pero desconozco su metodología. Aparte en mi caso, al no haber cursado lengua castellana desde bachillerato tengo que (re)estudiarla a fin de poder seguir el ritmo de mis compañeros y convertirme en un docente calificado.


Sensei, formado por los caracteres de "antes" y "vida" respectivamente, significa el que ha vivido antes, o sea, profesor.

¿ELE y Japón? Mi segundo reto

A pesar de todo no lo voy a negar, tengo dudas sobre si realmente serviré como profesor de ELE. He invertido 4 años de mi vida en estudiar la lengua japonesa, y uno de ellos enteramente en el análisis del movimiento idol japonés (cantantes femeninas adolescentes) y de los roles de género establecidos en el mismo. Aquello que relaciona mi formación previa con estar cursando este máster es la posibilidad de impartir clases de castellano en Japón y así poder continuar al mismo tiempo con mis ambiciones académicas en temática de Asia Oriental. De todos modos, ¿realmente disfrutaré del trabajo de docente…? Francamente, no lo sé, pero tampoco tengo nada que perder. Si estos dos años de máster no fueran bien servirían para descartar una línea más de la lista de cosas que no quiero hacer. Aun así, estoy lleno de motivación y quiero aspirar a más en el mundo universitario, y ese es el espíritu que me agita con fuerza ahora mismo.


El 1 de septiembre de 2013, a punto de coger el avión para mudarme a Tokyo. Han pasado 4 años, pero la misma pasión arde en mí: empieza una nueva vida.

Y así pongo punto final a este punto de partida.
En los próximos días iré colgando más acerca de mí y del ELE. No os sorprendáis si abundan referencias a la cultura japonesa, no puedo evitarlo.

Nos vemos en la próxima parada.

Bye!



Á

Comentarios

  1. Me encanta tu post Angel. Es muy visual y ágil de leer porque secuencias muy bien la información. La verdad es que "es muy tú". Nos vemos.

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